El Doctor Boris Cyrulnik, uno de los mayores representantes del tema de resiliencia a nivel mundial define la resiliencia como: “Iniciar un nuevo desarrollo después de un trauma”. El doctor Cyrulnik se enfocó mucho en el estudio de la estructuración de la resiliencia en los niños y expone que entre mayor seguridad tenga un niño en sus primeros años en su entorno, mayor será su resiliencia en años más avanzados. Resalta la importancia que la madre y/ o los otros cuidadores tengan seguridad y confianza en ellos mismos de tal manera que sea naturalmente transmitida al niño. Ese entorno hace que el aprendizaje sea placentero y esto convertirá al colegio en una experiencia agradable. Tiene su familia como referencia de seguridad lo que hace que se expanda a sus otros ambientes. Esta “segurización” en el hogar se logra compartiendo los alimentos, las charlas, eventos, sonrisas, deportes, experiencias como cocinar, volar cometas, etc., así como también los eventos de reto, manejo de desacuerdos y obstáculos entre los miembros y el entorno.
Dos elementos que según el doctor Cyrulnik se han implementado en la cultura de los países europeos nórdicos con mucho éxito son:
- La ralentización (quitarle velocidad a la vida, disminuir el ritmo, volverla más lenta) y
- La diversión, lo que hace una vida más amena.
Según él, la disminución en el índice de suicidio ha bajado en los últimos 10 años en un 40% en esos países, y otro factor importante de anotar es que los jóvenes de 15 años de Finlandia ocupan los mejores puestos en los exámenes de la UNESCO. En un principio no se incluye mucho material curricular y después los niños cogen rápido el aprendizaje porque es ameno; la solución de problemas y la creatividad entre otros, se fortalecen. Los niños y adolescentes están conscientes de los retos y obstáculos, pero están más equipados para lidiar con ellos.
Para aumentar la resiliencia en los adultos, uno de los consejos más relevantes que da es que busquemos compañía. Vale la pena resaltar “Compañía de calidad”. Puede ser nuestra pareja, hijo, hija, algún familiar, amigo o amiga. Compartir las emociones ayuda a sanar. Si nos estamos aislando, forzarnos a socializar y poder establecer amistades de confianza para poder compartir nuestras experiencias íntimas es importante. No es con cualquier persona. Es importante poder confiar en la otra persona y que además tenga empatía y compasión para poder acompañarnos en ese compartir. La negación a los problemas obstaculiza la resiliencia porque no afrontamos el problema.
La resiliencia se puede adquirir. A continuación, ilustro el caso de la vida real de Jean Maggi:
Al año de edad le diagnosticaron polio lo que le causó lesiones severas en las piernas y una leve en una mano. En su vida adulta tenía una linda esposa hijos, empresa, amigos, (que aún tiene) sin embargo, era terriblemente desdichado y con la creencia de no cumplir con los estándares sociales, con actitud de víctima, de rol de pobrecito, de no puedo caminar, de no estoy completo y de una autoestima muy baja.
A los 37 años estaba con bastante sobrepeso, una vida de descuido y poca valoración. Tomaba, estaba ausente de la familia, una alimentación muy pobre y todo esto lo llevo a un infarto. Uno fuerte. Mientras lo llevaban en la ambulancia desde la casa hasta la clínica puede sentir la muerte bien cerquita, le susurra al oído, pudo observar su presencia. La vida le presenta una alerta y le hace entender su valor y le da una segunda oportunidad de que corrija sus hábitos si quiere seguir disfrutando de esta maravillosa existencia. Y ahí toma la decisión de aprovecharla.
Hoy Jean tiene 58 años. A los 50 después de un entrenamiento, practica, alimentación balanceada y cuidado de 10 años, llegó nada más ni nada menos a subir al himalaya a 5600 metros en una bicicleta pedaleando con los brazos. Once días pedaleando 12 horas diarias con limitaciones de oxígeno con variaciones tremendas de temperatura de calor intenso a frio bajo cero en las noches. Además, tuvo inconvenientes con el agua que, aunque estaba envasada y con los estándares de la región, a él le sentó mal así que agreguemos este ingrediente a la fórmula de complicación, pero el a pesar de todo lo logra.
El caso de Jean es un claro ejemplo de Resiliencia: “Iniciar un nuevo desarrollo después de un trauma”. Inició su proceso, el deporte lo llamó, sintió en él su llamado. Ya no se enfocó en sus límites por su edad o por su condición física, él se concentró en sus posibilidades. En la esperanza, propósito, optimismo, amor y aprecio por la vida. Adquirió consciencia de su potencial y con tenacidad, disciplina, determinación y amor por esta vida lo intentó y lo logró, y ha logrado muchas más cosas. ¿Sus condiciones cambiaron? No, su perspectiva lo hizo.
Es mi opinión de acuerdo a mi experiencia personal y los resultados con personas que he podido apoyar a lo largo de estos últimos años, para poder vivir con plenitud y fortalecer la capacidad de resiliencia, es de capital importancia propender por una vida Mindful, por aumentar la capacidad de estar presentes y conscientes de tal forma que tomemos decisiones conscientes, tengamos mayor habilidad para solucionar retos, problemas y sortear los obstáculos que inevitablemente nos da la vida, lo que podemos lograr teniendo acceso a nuestra “Neocorteza” que es la parte del cerebro que se encarga de la toma de decisiones, de la consciencia de nosotros mismos, la fuerza de voluntad, concentración, recordar conscientemente y en general de la función ejecutiva inteligente que tenemos los seres humanos, cuya funcionalidad se puede ver disminuida y a veces significativamente cuando estamos expuestos a altos niveles de estrés. Necesitamos tener calma, paciencia, compasión y empatía para rediseñarnos como personas, como profesionales, cada uno de los roles que tenemos en la vida, o simplemente pulir y estructurar cada vez más quien somos en cada uno de esos roles. Con consciencia podemos darnos cuenta, valorar nuestra existencia y volcar todo nuestro potencial en esta oportunidad de vida que se nos brindó.
Acciones que favorecen nuestra salud mental y apoyan el estado de Presencia y Consciencia y por lo tanto de Resiliencia:
- El ejercicio cotidiano
- Gratitud
- Servicio a los demás
- Recuperación de todos los eventos diarios que enfrentamos de una u otra manera a través de:
- Sueño
- Meditación, oración, yoga o cualquier práctica que nos permita descansar la mente
- Acciones de amor hacia nosotros mismos
- Abrazos
- Palabras cariñosas o motivadoras
- Reconocimiento de los logros pequeños o grandes que tenemos en el día
- Alimentación
- Foco en la esperanza, el optimismo, las posibilidades que tenemos. Esto no quiere decir que no veamos la realidad.
Factores de personas Resilientes:
- Optimismo
- Empatía
- Percepción
- Competencia intelectual
- Amor propio
- Dirección o misión
- Determinación
- Perseverancia
- Esperanza
- Significado de la vida
- Propósito
- Amor y aprecio por la vida
La doctora Lucy Hone, gran estudiosa de la “Resiliencia” y con una experiencia de vida que la lleva a enfrentarse a la muerte de su hija de doce años en un accidente de tránsito en unas vacaciones, decidió tomar el proceso en sus manos y a actuar y a pensar de manera que pudiera superar el traumático acontecimiento.
Ella usó básicamente 3 estrategias:
- Saber que el sufrimiento es parte de la vida. Que todos tenemos eventos adversos.
- Tener el hábito de tener mucho cuidado en donde fijan su atención. Revisar la situación como es, y en términos generales se las arreglan para concentrarse en las cosas que se pueden cambiar y aprender a aceptar las cosas que no. La doctora Hone por ejemplo se concentraba en el hecho de que la niña había muerto instantáneamente, que no había sufrido y que ella con su esposo tampoco tuvieron que pasar por un proceso de sufrimiento, también en el hecho que tenían dos hijos más que merecían tener una vida lo más sana posible dentro de las circunstancias.
- Cuestionar si aquello que se pensamos o hacemos nos beneficia o perjudica. Cuando nos preguntamos esto, nos da el control del poder de decisión que tenemos. En el caso de la doctora Hone, ella decidió no volver a ver fotos de su hija por un tiempo porque le resultaba muy doloroso y no le estaba beneficiando en el proceso de sanación
No podemos cambiar las circunstancias, situaciones o eventos, pero si podemos adaptarnos, tomar una perspectiva diferente y conscientemente identificar lo que está en nuestras manos hacer, actuar y dejar ir lo que no podemos cambiar.